Sie sind hier:  >>> Pensamiento y vida 

Desprecio, Ergo Sumisión

La sumisión de masas

 

Desprecio ergo sumisión

“Toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura al fascismo” Albert Camus

Angel Sánchez García

“Toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura al fascismo” Albert Camus

En Occidente, décadas de auto-desprecio cultural nos han llevado a una situación presente y distópica, paraíso de todo tipo de poderosos y corruptos: la sumisión de sus semejantes.

Cuando se habla solamente de los problemas del Planeta y se deja de hablar de los problemas de la Humanidad, nos adentramos en un sombrío sendero, el de la Des-humanización de la cultura.

Recuerdo que un buen amigo al que conocí en una experiencia apasionante para tener vida interior, el Camino de Santiago, me dijo que lo mejor que podía hacer el ser Humano era extinguirse. Somos culpables, decía, de los problemas del planeta, de las guerras, los desastres, las divisiones y todo tipo de maldades. Recuerdo que se hizo un silencio tras esas palabras, un silencio que delataba un fenómeno muy actual: el desprecio que manifiesta occidente por sí mismo, su desarrollo y su Historia.

Auto-desprecio que no es más que un cartel que anuncia el nihilismo con el que se vive en la actualidad, porque carecer de sentido trascendente en la vida es el auténtico motivo por el que auto-despreciarse. La falta de vida trascendente y espiritual nos deshumaniza, nos conduce al deseo de vivir sometidos y dejarnos morir en vida entregados al trabajo sin reflexión, al ocio sin crecimiento y al aburrimiento sin sentido.

Los constantes bombardeos de auto-culpabilización conducen a la más infame de todas las herramientas de ingeniería y control social: el auto-desprecio individual y social.

Esta sociedad en proceso de creciente corrupción, vive inmersa en una división y enfrentamiento tales, que hace posible la sumisión hacia quienes abusando de su autoridad, cultivan el enriquecimiento y la corrupción personales a través de envilecer y enfrentar a la sociedad.

El corrupto se torna corruptor en búsqueda de respaldo social a su descarada vileza. Corrupto llama a corrupto. Así se presenta hoy día, con singular descaro, el Mal en nuestra cultura. Es luciferino querer hacer confundir el Mal con el Bien, para justificar así las malas obras. Engalanado de seducción aquel que llena su vacío con corrupción y sus malos actos con brillantes apariencias, que o nadie cree, o solo creen aquellos que como moscas acuden por fascinación a su pestilente presencia.

Así se gesta el nuevo fascismo: una masa sometida por un reducido grupo de psicópatas que cultivan la culpabilidad social, la división y el enfrentamiento, a través de los cuales canalizan la espiral autodestructiva a la que conduce auto-despreciarse. Así, se presenta hoy, el Príncipe de la Mentira, el Príncipe de las Tinieblas, el Príncipe de este Mundo.

Este es nuestro enemigo y esta es nuestra guerra espiritual: o decidimos vivir en vida espiritual, o nos dejamos morir en vida material. Todas las demás guerras cuando sólo vislumbran contiendas materiales están perdidas.

En esta cultura hay que ejercer un pensamiento crítico constante y combativo para no dejarse llevar por una corriente de auto-desprecio, ruptura y enfrentamiento que describen sonoramente hoy, la vida comunitaria.

Vivamos esta guerra luchando por nuestra Humanidad. No somos esclavos ni inferiores, somos señores de nuestras vidas. Poseemos valor y autoridad cuando como reyes, nos conducimos con la dignidad de tales. Somos reyes, en nuestras venas corre la sangre de los dioses, la sangre de una civilización, la occidental, que como Jesucristo y los grandes Profetas de Israel, tiene el más sólido y exitoso contenido Humano y Divino, de la Historia de la Humanidad.

Recuerda que no son en realidad las ideas las que enfrentan a los seres humanos sino sus malas obras. Somos lo que hacemos o no hacemos mucho más que aquello que decimos o pensamos. Ante tanta confusión programada, júzgate y juzga ante todo, por los hechos, construirás así criterio, familia y comunidad. Combatirás eficazmente el Mal revestido de bondadosa apariencia, el Mal cuyo desvelado fin, es sencillamente tu servidumbre y tu (auto)destrucción. Distinguirás el Bien del Mal por sus obras, no por sus apariencias. Fíate de tu olfato, distinguirá el buen del mal olor. Confía ser humano en tu búsqueda honesta de la verdad, la bondad y la belleza, por tus venas corre sangre real. De conducirte en la vida con dignidad, impondrás constructiva y perdurable autoridad.

 

Ediitanet. Copyright 2008-2024. Todos los Derechos Reservados.