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Crítica literaria
La isla de la mujer dormida
La isla de la mujer dormida
Arturo Pérez Reverte
Alfaguara, octubre 2024
Ana Alejandre
La nueva novela de Pérez-Reverte viene a demostrar que es un escritor que cultiva con maestría el realismo literario, tan denostado hoy, pero que consigue atrapar a los lectores con su maestría narrativa que crea personajes y escenarios que le envuelven en la magia que todas sus narraciones tienen. Son personajes de todas las épocas y en todas las latitudes, pero todos ellos, a pesar de la lejanía temporal que ofrezcan parecen extrañamente próximos, cercanos y creíbles en su humanidad de la que los dota.
La novela transcurre en abril de 1937, año en el que la Guerra Civil asolaba España. Miguel Jordán Kyriazis, es enviado por los nacionales para ofrecer un frente clandestino el tráfico naval que transporta ayuda miliar para la República. Una pequeña isla clandestina en el mar Egeo se convierte en la base de operaciones del moderno corsario español (no podía ser de otra manera en la narrativa de este autor) quien ve como su vida se ve envuelto en un peligroso triángulo de los propietarios, el barón Katelios y su esposa una atractiva mujer madura que busca con fría decisión la forma de escapar de su fatal destino.
En esta nueva novela se pone de manifiesto que es un maestro en el género que lleva su nombre porque él ha creado un estilo personal en su narrativa que ningún otro escritor puede ejecutar. Es el “género Pérez Reverte”, genuino y personalísimo que cuenta con tantos adeptos. Siempre hace el autor de esta obra continuas variaciones que la dotan de una amena narración que ofrece sorpresas continuas al lector, pero que nunca desvirtúan el género que el cultiva con indudable maestría. En esta obra ha conseguido tener un calado más hondo que en las anteriores, al plasmar situaciones tan difíciles de tratar bien si excesos de melodramatismo como es la del final del amor y en construir frases tan impactantes y carteras como las que utiliza en esta última novela.
Esta obra en cuestión reúne los tres elementos fundamentales en la obra de Pérez Reverte; amor, aventuras y guerra. Y con estos tres elementos sabe salvar una historia que no aburre nunca al lector y le tiene pendiente de su desarrollo porque en sus libros se encuentra palpable la humanidad de los protagonistas, para bien o para mal, que les dota de credibilidad de acercamiento al lector.
Una de las características de este escritor es que, a través de sus obras, utilizando la historia que narra, va desgranando reflexiones, ideas, conceptos que se escapan de lo narrado para entrar en el plano general en el que esas ideas, reflexiones se escapan de la historia personal de los protagonistas para entrar en el plano general que se puede aplicar a cualquier persona por el hecho de ser un ser humano susceptible de vivir una guerra, una aventura que le haga pasar momentos difíciles o dramáticos, a, padecer situaciones tensas y peligrosas o a sentir odio y deseo de venganza, o enamorarse perdidamente de alguien que le puede arrastrar a la felicidad o al infierno.
Pérez Reverte no es partidario de hacer experimentos narrativos, lingüísticos, estilísticos y estructurales de cada nueva narración, sino que sabe que su fórmula narrativa, ese estilo peculiar e inimitable que él tiene , le sirve para narrar historias que calan en el lector, le emocionan y, también, pueden irritar a muchos por la ideología que representan, pero que cuenta con la aceptación mayoritaria de quemes hemos leído a los clásicos, a la literatura del género realista en la que se narran hechos que calan en el ánimo del lector porque detrás de ellos se esconde un matiz, un acento genuinamente romántico que todos tenemos aunque no lo confesemos. Todos creemos o queremos creer en el honor, en la dignidad, en el amor, la amistad la lealtad, la decencia y todo aquello que conforma el ideario que acompaña a un ser humano desde su nacimiento hasta su muerte. No se puede vivir sin soñar y este autor nos da siempre motivo para no renunciar nunca a los sueños en este mundo que niega todos aquellos valores que dignifican la vida humana y son los que no se puede vivir sin desfallecer de asco.
No se trata contar toda la trama. Ese es el trabajo que tienen que hacer los lectores personalmente, porque en esta nueva historia que nos ofrece su autor lleva todas las características de su narrativa, de su estilo peculiar y de su talento narrativo. Arturo Pérez Reverte, siempre él mismo como escritor con un estilo tan persona e inconfundible que nunca pasa desapercibido.
La isla de la mujer dormida es una excelente novela que revalida a su autor y su obra anterior que siempre ofrecen sus tres características habituales: claridad narrativa, personajes bien definidos, y una trama que ofrece acción, intriga en un trasfondo amoroso y ,todo ello narrado con una excelente prosa.
La mujer incierta
eddad Bonnett
Alfaguara
Ana Alejandre
Esta obra no es una novela, ni unas memorias ni una autobiografía ni tampoco un manifiesto feminista, sino tiene un poco de todo eso y esa suma la convierte en una obra de imprescindible lectura.
Su autora, ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2024, hace una demostración magistral de que se puede aunar en una obra la claridad expositiva, la profundidad en el planteamiento y concisión, además de todo ello, queda expuesta a todas luces la humanidad de quien la escribe y que emociona al lector porque se siente que nada de lo que dice la autora le resulta ajeno.
Este libro consigue que el lector se haga muchas preguntas con respecto al acto de escribir sobre uno mismo, y en esta decisión se tiene que preguntar el lector si la identidad del autor se manifiesta realmente en lo que escribe o es que esa descripción a análisis no corresponde al autor.¿ Es una imagen falsa o retrato real una obra de esta naturaleza todo lector se pregunta si la identidad del escritor es la que se expone en la obra o , o solo la recrea con palabras nuevas, con matices diferentes, con sentidos ambiguos para quien lee, pero no para quien ha escrito un supuesto autorretrato que puede falsear la verdad como un disfraz oculta la identidad de quien lo luce.
La autora de este libro, Piedad Bonnett, escritora colombiana, expone sus vivencias que le sirven como sustrato indispensable para reflexionar sobre todos aquellos elementos que componen nuestra realidad cotidiana, construyen nuestra personalidad y le dan sentido aparente a todo lo que nos rodea.
Y en cuanto a la realidad de la vida de las mujeres nos dice todos los diversos elementos que construyen el mundo cotidiano femenino, lo que lo define, limita o da significado como son la educación, el amor, el matrimonio, la maternidad, el cuerpo femenino y sus tabúes, y la tan cacareada violencia de género que es un producto del machismo imperante en una sociedad creada y organizada a la imagen del hombre y sus necesidades. Todo ello como generador del miedo, la ansiedad, la insatisfacción, la rebeldía, las ansias de liberación y toda esa amalgama de ideas y sentimientos que llevan a la necesidad de expresión por la escritura de ese universo interior que necesita la mujer expresar para poder comprenderse a sí misma.
La autora escribe con una prosa poética y llena de matices, de sensibilidad, de ironía y de un humor que no consigue tapar el conocimiento profundo del universo femenino que tiene. Se aprecia en su escritura el poso de las diferentes épocas o etapas que ha vivido, las muchas mujeres que ha sido y que aún conviven en ella y, también, de su intento continuo de conocimiento de sí misma para lo que utiliza la escritura como una catarsis iluminadora de aquello que es, pero que no percibe si no es desde la perspectiva que le da la escritura, porque todas las posibles respuestas que intuye se desvanecen enseguida. Reconoce que es imposible intentar atrapar la propia identidad, quién se es en todos sus matices porque somos los seres humanos somos multifacéticos, cambiantes y con múltiples capas que se superponen unas sobre obras, tapando la de abajo, pero todas ellas unidas conforman la personalidad de cada individuo y las muchas personas que se ha sido, siendo siempre la misma.
Termina reconociendo que, cuando queremos expresarnos, definirnos es cuando nos damos cuenta de que jamás la propia identidad podrá quedar al descubierto por lo que escribimos o lo que pensamos de nosotros mismos, y que ninguna narración, por sincera que sea, podrá decir jamás quiénes somos.
Nota sobre la autora
Piedad Bonnett (Amalfi, Colombia, 1951) es licenciada en Filosofía y Literatura por la Universidad de los Andes. Tiene una maestría en Teoría del Arte y la Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia. Ha publicado nueve libros de poemas, varias antologías y el volumen Poesía reunida (Lumen, 2016). Además, es autora de seis obras de teatro, de las novelas Después de todo (2001), Para otros es el cielo (2004), Siempre fue invierno (2007), El prestigio de la belleza (2010) y Donde nadie me espere (2018), y de Lo que no tiene nombre (2013), un relato íntimo y sobrecogedor en torno a la muerte de su hijo, incluido en 2016 por Babelia entre los cien mejores libros de los últimos veinticinco años. Este título y todas sus novelas han sido publicadas por Alfaguara. Ha ganado el Premio Nacional de Poesía otorgado por el Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura), en 1994; en 2011, el Premio Casa de América de Poesía Americana de Madrid; en 2012, en Aguascalientes, México, el Premio Víctor Sandoval; en 2014, el José Lezama Lima de Casa de las Américas, y en 2016, el Premio Generación del 27, en Málaga.
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Nadie habla Inteligencia Artificial

Nadie habla. Inteligencia Artificial y muerte del hombre
Felipe Muller
Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA), 2024
Ana Alejandre
'Nadie habla. Inteligencia Artificial y muerte del hombre escrito por Felipe Muller, trata temas filosóficos de gran calado sobre el lenguaje, la inteligencia artificial y la vida humana. El libro analiza cómo la tecnología y el lenguaje interactúan en la realidad, sobre todo en el contexto de la IA y los modelos del lenguaje, como el Chat GPT que el autor considera como figuras que imitan el lenguaje humano
. El prefacio de la obra expone la idea central que es su razón de escribirla y no es otra que, como en la Odisea de Homero, “nadie habla”. Idea demoledora que se cumple en el supuesto de la IA cuando “dialoga” con un ser humano., aunque dicha comunicación no existe en la realidad porque la IA puede aparentar ser una voz humana, pero es solo una mera apariencia, ya que la IA no tiene emociones ni intenciones que siempre subyacen en toda comunicación humana, pero que la inteligencia artificial carece de ellas. cuando se “comunica” con un ser humano a modo de interlocutor.
El autor reflexiona sobre el poder y el riesgo del lenguaje, pues este siempre crea la percepción de la realidad y la huella que dejan las palabras en nuestras vidas lo que supone un gran peligro que no se puede ignorar,
Por todo ello. Miuller también habla de la “muerte del hombre”, lo que provoca el hecho de que las máquinas pueden perfectamente imitar, pero, aunque el lenguaje permite la comunicación aparente de la IA y una persona, aquella jamás puede- vivir, la experiencia humana.
Se trata el lenguaje como el “gran teatro del mundo”, metáfora se reflexiona como las palabras crean sendos espacios para la ficción y la muerte. Se demuestra, también, en esta obra el hecho de que el lenguaje permite la comunicación de las ideas abstractas que van más allá de la experiencia directa. El autor también analiza el lenguaje como “entreactos”, en los que las palabras crean un ·”escenario” que permite la comunicación y la vida y se cuestiona si, de verdad, comprendemos el lenguaje o si solo actuamos dentro de sus límites que nos condicionan.
Uno de los aspectos más interesantes de este libro es el capítulo llamado “Dramatis Personae” que se dedica a la inteligencia artificial y en como los modelos de lenguaje funcionan, pero “sin entender” de verdad el lenguaje, sino que solo lo simula. Por ello, estos modelos de IA sirven de prueba de que existe el lenguaje, aunque sin quien lo utiliza para comunicarse es “nadie”. Por ello, este apartado demuestra claramente que el lenguaje de la IA no sustituye al ser humano, sino que imita una máscara vacía detrás de la que no existe ningún comunicador humano, aunque mantiene la función la intención enunciativa, de la que habla Michel Foucault, pero desprovista de intención y subjetividad.
Por todo lo expuesto, Nadie habla es una obra imprescindible para todos los que están a favor y quienes están en contra de la IA, porque unos y otros se harán muchas preguntas sobre la naturaleza de aquella, ya que esta obra ofrece una crítica filosófica sobre la naturaleza de los modelos del lenguaje y el papel que juega la tecnología en nuestra percepción de la realidad y de nosotros mismos. Felipe Muller invita al lector a reflexionar sobre la importancia del efecto de la IA y su innegable capacidad de imitar el lenguaje humano, llegando a la conclusión de que el lenguaje no es solo una capacidad de los seres humanos, sino que es un fenómeno autónomo, independientemente de quien lo utilice, si una máquina o un set humano. Todas estas conclusiones tan perturbadoras, harán que el lector comprenda el fenómeno que representa la IA, con sus peligros y virtudes, pero sin hacerse falsas ideas de la naturaleza de aquella que puede ser tan ambigua y engañosa como todo lo que “imita” a algo real sin serlo en su apariencia engañosa.
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