Sie sind hier:  >>> Rincón del gato 

Santiago Ramon y Cajal en el Retiro de Madrid.

MONUMENTO A DON SANTIAGO RAMON Y CAJAL EN EL RETIR

Santiago Ramon y Cajal en el Retiro de Madrid.

 

Santiago Ramon y Cajal en el Retiro de Madrid.

SANTIAGO RAMON Y CAJAL EN EL RETIRO DE MADRID

Antonio Machado Sanz

Aquella mañana los dos amigos acordaron ir a desayunar al Retiro.

Eligieron un quiosco próximo al Paseo de coches y una vez terminados los cafés, comenzaron a planificar su paseo matinal.

Rafael propuso que, como andaba regular con su enfermedad, llegaran hasta el estanque por el paseo de Venezuela y después regresaran a casa para comer.

-De acuerdo -replicó Jacinto- como tú quieras.

Se levantaron y anduvieron por el camino acordado. Cuando se encontraron con el monumento/fuente a Don Santiago Ramón y Cajal, Jacinto exclamó.

-En el periódico, con motivo de su aniversario, tiramos una separata sobre su figura, aún recuerdo muchas cosas de aquel trabajo.

Se sentaron en un banco frente al monumento para observarlo tranquilamente y Jacinto comenzó su charla.

-Te prevengo que soy un ferviente admirador de la obra de Don Santiago -dijo Rafael- y que he estudiado muchísimo sobre el increíble personaje que fue Ramón y Cajal -continuó sonriendo-, no te consentiré ningún fallo en tu disertación, sigue, sigue.

-Desconocía esa faceta tuya -continuó Jacinto-, bueno, comencemos por el principio. El monumento es obra de Victorio Macho, lo realizó en granito, piedra caliza y bronce. Fue inaugurado en abril de 1926 por Alfonso XIII. Cajal no asistió.

-Una anécdota -interrumpió Rafael-. El General Primo de Rivera fue a dar un discurso y los estudiantes le propinaron tal pitada que no logró pronunciar ni una palabra.

-El monumento -continuó Jacinto-, como observarás, es muy original, la estatua de Ramón y Cajal está en el centro del estanque, reclinado sobre su lado izquierdo, con el torso desnudo y su cuerpo oculto tras una toga. Aparte, detrás de él, se ve un templete con una figura femenina de pie, vestida clásicamente con un peplo.

- ¿Un peplo? ¿Qué es eso? -preguntó su amigo.

-Es un vestido de mujer de la antigua Grecia, de lana, sujeto por los hom -continuó Jacinto- dicha estatua de bronce, representa la ciencia médica. Verás que hay dos fuentes, a la derecha, La Fuente de la Vida, y a la izquierda, la de la Muerte, la alegría de un natalicio y la soledad de una mujer con su esposo muerto. Todo el monumento recuerda su profesión científica y médica.
Este grupo escultórico está considerado como una de las grandes obras de Macho y fue costeado por suscripción pública a la jubilación de Don Santiago
.
-Recuerdo haberlo visto en mi casa, impreso en un billete de cincuenta pesetas de la II República Española del año 1935 -terció Rafael.

-¿Si te apetece te cuento algo de su vida? -peguntó Jacinto y sin esperar contestación continuó-. Nació en Petilla de Aragón, un pueblo navarro en territorio de Zaragoza, el día uno de mayo de 1852. Estudió primaria con los Padres Escolapios de Jaca.

-Eso lo sé yo, también estudié con ellos, pero en Madrid, nos hablaban de él -incidió Rafael- lo que no contaron es que, a pesar de sus prodigios en el arte del dibujo, era considerado un alumno difícil por sus travesuras y por no tener ninguna voluntad en memorizar. Mientras, los curas practicaban con el niño Santiago la máxima, la letra con sangre entra.

-Ahora entiendo algunas de las reacciones suyas cuando fue mayor -dijo Jacinto-. Cursó medicina en Zaragoza y se licenció en 1873. Ese mismo año fue llamado al Servicio Militar, con la graduación de teniente. Unos años más tarde fue destinado a Cuba, con el grado de capitán. Allí rechazó, con su honradez característica, las recomendaciones de su padre para un destino más tranquilo. En cambio, le asignaron el peor puesto médico de aquellos días en la provincia de Camagüe, donde cayó enfermo. Pudo observar la inmoralidad de los mandos y los paisanos que robaban los alimentos y el dinero destinado a los soldados enfermos. Amargado abandonó Cuba y llegó a Santander en 1875, depauperado y sin dinero. A los veinticinco años, después de cobrar los atrasos por sus días en el ejército, se doctoró en la Universidad Central de Madrid y pudo dar rienda suelta a su vocación científica.
En el año 1877 ingresó en la Logia Masónica “Caballeros de la Noche” perteneciente al Gran Oriente Lusitano con el número 96 y con el nombre simbólico de Averroes.

Su año más extraordinario fue 1888, en el que descubrió las conexiones de las células del sistema nervioso cerebroespinal.
Fue creador de una gran cantidad de laboratorios de investigación en España.

Trabajó en sus laboratorios, hasta su fallecimiento el diecisiete de octubre de 1934.

Sus restos, junto con los de su esposa, reposan en el cementerio de la Almudena de Madrid.

Recibió multitud de premios internacionales y doctorados honoris causa.

El Doctor Severo Ochoa, otro Premio Nobel como él, dijo que la investigación en biología y medicina en España era pobre, pero sin Ramón y Cajal habría sido nula.
-Una curiosidad -interrumpió Rafael-, el uno de abril de 1952, en los homenajes por el centenario de su nacimiento, Francisco Franco, abstrayéndose de que fue masón, le concedió, a título póstumo, el Marquesado de Ramón y Cajal.

-A un cráter lunar le pusieron su nombre, “Cajal”, y lleva el de “Ramonycajal” el asteroide número 117413 -concluyó Jacinto.

Y sin llegar al estanque, regresaron a sus domicilios.



 


O

 

Ediitanet. Copyright 2008-2024. Todos los Derechos Reservados.