Sie sind hier:  >>> Crónica de actualidad 

Pedro Sánchez: Caudillo, pero del Nuevo Orden Mund

Pedro Sánchez: Caudillo, pero del Nuevo Orden

Pedro Sánchez: Caudillo, pero del Nuevo Orden Mundial

 

Pedro Sánchez: Caudillo, pero del Nuevo Orden

Pedro Sánchez: Caudillo, pero del Nuevo Orden Mundial

Marcelino Lastra

Dos de Junio de 2014, Juan Carlos I comunicaba su intención de abdicar en su hijo. El dieciocho del mismo mes, el anuncio se hacía realidad. Tanto el dicho como el hecho cogieron a los españoles por sorpresa ¿Qué había sucedido?

El uno de Junio de 2018, Mariano Rajoy perdía la moción de censura y cedía el bastón de mando de la jefatura de gobierno a Pedro Sánchez, y lo hizo sin utilizar su último cartucho: convocar elecciones generales; algo muy difícil de entender ¿Por qué actuaría así?

Qué relación hubo entre ambos hechos? Aun más ¿Qué similitudes podría haber entre ellos y el juego del acertijo de Sánchez: me voy/ no me voy?

Juan Carlos I no planeó su retirada; fue una orden superior. Los mismos que lo apoyaron para coronarse rey, tras una hoja de servicios llena de buenas notas, gracias a su adecuado comportamiento con los “hermanos mayores”, le señalaron la puerta de salida sin posible vuelta atrás.

Rajoy era socarrón, jugaba al despiste; aplicado como ninguno en el arte de endeudar a España -la mejor forma de doblegar a un país-, y de utilizar, castrándolo, el artículo 155 de la CE en Cataluña o de perseguir con los ojos vendados a los prófugos de maletero del procés.

Rajoy dio a la causa de los “hermanos mayores” todo lo que pudo, mas su hora había llegado. En la nueva etapa no bastaba con despistar y tener cierta retranca; era el momento de tipos al estilo de los antiguos proxenetas de la madrileña calle ballesta; poca gracia, instinto depredador fuera de duda y mano firme con las pobres e ingenuas meretrices: aquellas que lo son sin advertirlo; las mienten sin sonrojarse, con palabras de amor, mientras las cortan el rostro con la albaceteña recién afilada con pedernal, empujándolas a la calle para trabajar a los necesitados de un cierto consuelo. Pedro Sánchez no se ha ido porque no ha llegado su momento y no será él quien lo decida, sino los mismos que lo hicieron con Juan Carlos y Rajoy.

Lo llaman cara dura, psicópata, vendepatrias……; es posible que lo sea, incluso mucho más; pero el hecho causal de su continuidad está en el sobresaliente otorgado por quienes de verdad mandan, de lo contrario, hubiera seguido la misma senda que el rey emérito o el último del PP en ocupar la Moncloa.

Solemos decir que los españoles tenemos baja la autoestima, y quizá sea cierto, dependiendo de quién, pues las generalizaciones son odiosas; sin embargo, en los análisis de política interna tendemos a pensar que vivimos al margen de todo, ajenos a las pugnas del resto del mundo; en pocas palabras: lo que sucede en nuestra casa nos lo comemos y guisamos entre nosotros y los ingredientes del guiso son fruto exclusivo de nuestra propia granja; pues no.

Nuestro país es una colonia, en la acepción de “territorio dominado y administrado por una potencia extranjera”. No todas las colonias son iguales. En torno al núcleo director del poder se organizan varios anillos subordinados. El más cercano lo forman los estados centrales encargados de administrar, en favor del núcleo director, vastos territorios conformados por otros anillos de subordinación mayor, ya que están sometidos, de forma inmediata, al estado central que le corresponda; y, mediata, al núcleo director. Los doblemente subordinados suelen denominarse estados periféricos.

España es un Estado periférico de un vasto territorio llamado UE, cuyo encargado es uno de sus Estados centrales, Alemania, -en pugna con Francia- ambos capataces del núcleo director: EE.UU. El papel de los Estados periféricos en la división internacional del trabajo es la de dar servicios y materias primas a los productores -los centrales-, mientras que el núcleo director guardará para sí las directrices generales de las relaciones internacionales, del poder militar, del desarrollo tecnológico, energético y del sistema financiero.

Sánchez sigue donde está porque el núcleo director -con informes favorables o no de los Estados centrales de la UE- entiende que, de momento, es la mejor alternativa, de lo contrario, habría enfilado la misma puerta que los dos anteriores, ya citados.

Guste o no, el sistema funciona así, y la presión inmediata de EE.UU. hacia su guardia pretoriana -Alemania y Francia- y la mediata -la ejercida a través de los dos últimos- contra España y demás Estados periféricos, será cada vez más exigente, ya que una parte notable de sus élites acepta como irremediable la multipolaridad. A EE.UU. sólo le queda asegurarse que los territorios bajo su poder director no aprovechen las circunstancias para aumentar su propio poder. Los Estados periféricos sufriremos las consecuencias por partida doble. En primer lugar, por la presión mediata de EE.UU. y, en segundo, por la inmediata de Alemania y Francia.

En suma: Alemania y Francia tratarán de impedir que España pueda superarlas, lo cual no impedirá la permanente pugna entren ellas; y EE.UU. hará lo posible para que Francia y/o Alemania no saquen los pies del tiesto.

Sorprende cómo analistas reconocidos, llamados, exageradamente, expertos, centran sus argumentos, sobre el me voy/no me voy de Sánchez, en aspectos psicologistas. Al núcleo director le importa poco el estado mental de sus capataces locales; prima el cipayismo y los resultados a sus intereses; y mientras éstos sean los adecuados tendremos Sánchez para rato. Este planteamiento general tiene dos excepciones: que se avizoren riesgos, debido a comportamientos excesivos del sujeto en cuestión, o aparezca otro aspirante capaz de aumentar, todavía más, la presión sobre España y los españoles y, a pesar de ello, suscite una mayor adhesión ciudadana; es decir, otro producto fruto de la mercadotecnia política.

Entretanto, el BCE entregará a España 40.000 M €; sin ellos, Sánchez no podría cumplir sus compromisos con los separatistas catalanes y vascos. Deuda, deuda y más deuda; deuda para los privilegiados supremacistas que odian a España. Y a esto lo llaman progreso.

En 5 años, la renta per cápita española será la más baja de la UE, si no hay un giro inesperado. Sin el apoyo del BCE, Sánchez no podría hundir a España, aun más. La moraleja es evidente:

Pedro Sánchez es el caudillo más aventajado del Nuevo Orden Mundial. Por algún motivo, que excede a este artículo, hay que fragmentar y empobrecer a España. Olviden la disyuntiva izquierda y derecha. Llevamos años en que cada facción se ha esmerado en cumplir con sus “hermanos mayores” ¿Algún conato de dignidad inesperada de la población? ¿Algún acto de la oposición más allá de los discursos inútiles en las Cortes, parlamentos autonómicos o salones de plenos municipales?

¿Cómo no va a seguir en el poder?

Vivimos plácidamente en la caverna de Platón.

El resto es desinformación y propaganda; sí, de ellos, pero nosotros tan frescos.

 

Ediitanet. Copyright 2008-2024. Todos los Derechos Reservados.